¿Cuánto cambian las cosas con un anillo?, ¿cuánto de importante es un papel firmado? He de confesar que yo, personalmente, no lo se. Pero si puedo contaros una historia, de esas con un final de los que me gustan, porque el final es el principio. Puedo contaros la historia de la bella Vanessa y de él, Duro. Y lo puedo contar porque yo estuve allí, entre bambalinas, entre pinceles, peines y emociones. Emociones que dicen si, rotundo, que si importa ese si, porque ya no llegan las palabras, porque se necesitan celebraciones y luces, gritarlo al aire y guardarlo dentro. Si, importa. Y no lo digo yo, lo dice su sonrisa:
Vanessa es bella, no encuentro otra palabra mejor, perdonad mi torpeza, pero es así. Su rostro es limpio, hermoso, como su corazón. No podía llevar un maquillaje que escondiera esa belleza, ese día menos que ningún otro. Ese día, novio primero, invitados después, tenían que ser testigos de esa luz que, inevitablemente ves desde el primer instante, esa luz que ilumina una estancia y una vida. Y qué decir de su risa, limpia y contagiosa. Nervios alegres terminaban de perfilar su rostro.
Lidiar con su melena no resultó sencillo, como toda princesa de cuento que se precie. Larga, rizada, rebelde, interminable. Buscábamos un recogido sereno, nada rígido, nada tradicional. Primero domesticar, para después acomodar. Que nadie se asuste por los bucles, solo fue el paso previo.
Pero el verdadero protagonista fue el vestido, el maravilloso vestido. Patrones y confección obra del talento y manos de la propia novia, bajo la experta tutela de su Hada Madrina, Casilda. Velos de tul de Seda natural, Crepe de Seda con doble capa de Muselina de Seda, 132 metros de Puntilla de Hilo de cinco tipos diferentes. Y horas de rueca, espaldas dobladas, ansias y alfileres. El vestido perfecto.
Y como en todo cuento no podía faltar un corcel, a lomos de su caballo, una harley davidson, llegó el príncipe. Hubo lacayos, hubo nobles, bufones, vasallos, doncellas, cortesanos despistados, hermosas damas, unicornios, hasta sirenas. Todos felices, todos de fiesta. Se casaba ella, la princesa ahora reina, se casaba la bella. Vanessa.
Gracias por tu amistad, es muy grande encontrar a personas como tú. Con todo mi cariño, os deseo lo mejor, ahora y siempre.
Fotografías de M ESTUDIO (Arteixo, A Coruña).