Hay ocasiones que no se pueden dejar pasar, porque son para disfrutarlas, para trabajar con una sonrisa y para aprender al lado de grandes profesionales. Como Maquilladora Profesional siempre reitero, en las formaciones que imparto sobre todo, la importancia de la Fotografía hoy en día, porque siempre hay fotografías, de mejor o peor calidad, pero es innegable que vivimos en una era en la que la imagen ha ganado terreno a la palabra y la cámara se lleva en el bolsillo a todas partes, está en nuestra vida. Y si hablamos de Fotografía Profesional la cosa se pone seria. Por ello, entender mínimamente la Fotografía o, por lo menos, lo que pasa por la mente de un profesional de la Fotografía, es esencial para desarrollar un buen trabajo de maquillaje profesional, sea social, comercial, editorial, etc. Este aspecto cobra mayor relevancia, si cabe, al hablar de Maquillaje de Novia, en dónde el papel de esas imágenes se vuelve protagonista indiscutible, pero no se trata de una sesión de fotos, es un día muy especial en la vida de una mujer que se va a mover en un ambiente real con luces reales. En este caso un trabajo de maquillaje ha de funcionar al natural y delante de una cámara. Igual que su peinado. Esa es la dificultad técnica del trabajo de una Maquilladora de Novias, al menos desde mi punto de vista.
Y, sinceramente, hay aspectos, como intensidad de color, temperatura, dureza de luces, etc. que no se explican en ninguna formación de maquillaje, porque son otro terreno, son Fotografía y/o Edición. Es por ello que, siempre que puedo, me cuelo en formaciones de Fotografía Profesional, me cuelo y me confundo con el fondo, con el propósito de abrir muy bien las orejas y los ojos. Escuchar lo que les molesta, lo que les beneficia, lo que estorbará al editar, lo que se alía con la luz, lo que da problemas, lo que encaja perfecto. Así incorporo datos nuevos, nuevas perspectivas a mi trabajo, intento pulir defectos, afino técnica, para procurar realizar mi labor lo mejor posible. Porque mi objetivo en una Maquillaje de Novia es, por encima de todo, crear una piel perfecta pero totalmente transparente, con un aspecto lo más natural posible. Y, he de confesar, que no es tarea fácil, lo sencillo es cubrir de pigmento y listo. Pero yo quiero ser feliz trabajando y lo soy cuando creo pieles desnudas, pieles bonitas (os sigo contando que me lío y, de paso, os enseño).
Una de esas ocasiones para aprender mucho y bueno surgió un buen día ante una propuesta de Alfonso Novo, parte del equipo de EMOVERE STUDIOS. Ellos son Fotógrafos de Bodas y tenían un proyecto impresionante entre manos: MELIUS, un workshop muy elaborado, una Formación específica y muy dinámica orientada hacia profesionales de la Fotografía de Bodas. La propuesta era ocuparme de peinar y maquillar a dos bellas mujeres, y trabajar con ellas como lo haría yo con mis Novias, ayudando con el Vestido, los nervios y los zapatos. Para que siete Fotógrafos profesionales venidos de diversas partes de España y Portugal pudiesen interactuar en una situación real de Fotografías de Preparativos de Novia. El enclave, una maravilla, el Pazo de Vilaboa en Culleredo (A Coruña). Por supuesto que mi respuesta fue un si rotundo, sabiendo que tendría menos tiempo para poder realizar el peinado y el maquillaje, menos del que habitualmente le dedico a mis Novias, pero la ocasión lo merecía, sin lugar a dudas.
Son ya unas cuantas Novias las que tenemos en común EMOVERE STUDIOS y yo, pero ahora este grupo de Fotógrafos estarían actuando desde otra perspectiva, mientras profesionales con formas de trabajo completamente diferentes realizaban su trabajo a tiempo real. Más no se puede pedir. Estas fotografías que os muestro son el resultado de ese trabajo.
Para mi primera Novia opté por un anudado con movimiento que terminé en trenza lateral en espiga a tres alturas, porque tenía que tener los peinados listos en quince minutos, así que había que aliarse con el pelo y no ir en su contra. En el maquillaje, mantener y acentuar su precioso color dorado, sacarle partido a sus facciones, siempre en el marco de la naturalidad, sobre todo de piel. Y, por supuesto, retocando las zonas visibles del cuerpo.
El peinado de mi segunda Novia lo tuve clarísimo desde el primer momento, aunando lo liso de su impresionante melena azabache y esos quince minutos para ejecutarlo. Quería rodearle la cara con dos trenzas gruesas ya despeinadas, para que pelos sueltos aportaran mucha dulzura al rostro. El Vestido tenía mucha presencia, así que me pareció perfecto refrescar la imagen final. Para el maquillaje, un deleite, adoro maquillar pieles y rasgos orientales. Eso si, los labios los quiso rojos, deseo cumplido.
Quiero dar las gracias, muchas, a los chicos de EMOVERE STUDIOS: Alfonso Novo, Pepe Faraldo, Kake Regueira y Adrián Faraldo por haber contado conmigo para un proyecto de tan alto nivel profesional, todo un honor, de verdad. Y voy a nombrar a los Fotógrafos que asistieron, pues resultó estupendo conocerlos y compartir horas de trabajo con ellos: José Ignacio (Madrid), Ricardo Meira (Portugal), Marco Martins (Portugal), Diego Carmona (Mallorca), Angel Carretero (Mallorca), Patricia Knabe (Madrid) y Miguel Valiente (Cádiz). Os dejo enlace con toda la información y un vídeo precioso que lo resume todo:
Lo dicho, todo un placer.
Eva Villamar
Que bonito post Eva. Fue un placer conocerte a ti tambien durante el curso. En el rato que estuvimos fotografiando diste muestras de lo gran profesional que debes de ser en las bodas, y del buen ambiente necesario entre fotografo-maquilladora.
Un honor haber formado parte de la bonita experiencia de Melius. Y de la oportunidad unica de aprender del equipo de Emovere.
Un abrazo para todo el equipo!
Muchas gracias Jose! Me alegra que te gustase el post. Fue estupendo coincidir!
Otro abrazo para ti 🙂