Tres caras para una misma mujer

Una mujer: Olaya Rivas García. Un fotógrafo: Marcos Varela Moure (varelamoure.com). El maquillaje corría de mi cuenta. Nuestra misión: mostrar la versatilidad de esta reportera (actualmente trabaja en Vaia Troula en TVG), su personalidad camaleónica, su vena interpretativa, su vitalidad. Es una todo-terreno de las cámaras y queríamos dejar esa impronta en cada foto.

El escenario era magnífico. Un precioso loft en dos alturas, el showroom de Pureloft Interiorismo (pureloft.es), repleto de rincones que servirían de perfectos escenarios para cada posado. Mi parte, tres maquillajes totalmente diferentes entres si. La cámara de Marcos y la infatigable energía de Olaya harían el resto.

El resultado final de un maquillaje natural a veces requiere de explicación porque desaparece ante los ojos, y es complicado entender que resulta más complejo que el más llamativo de los efectos. Pero el objetivo estaba cumplido, pues buscábamos transparencia absoluta, sencillez máxima, piel desnuda. Olaya y nada más:

La inspiración para el segundo maquillaje vendría de una preciosa silla son estampado multicolor. Inmediatamente pensé en el verde, el vestido era rosa. Quizá un aire popero, quizá ochentero, quizá ninguno de los dos. Olaya entendió el papel y las risas, y un improvisado y pícaro lunar, nos acompañaron:

Supusimos que la noche había llegado, supusimos que era momento de fingir prepararse para una fiesta, de llegar a los negros para los ojos, y al rojo para los labios, de subirse a unos imponentes tacones de aguja. Fotos en el dormitorio, sobre la cama, delante del espejo, la espontaneidad se había adueñado del espacio y el objetivo no se quedaba quieto:

Terminamos tarde, casi sin darnos cuenta era cierto que la noche había llegado de verdad y con ella ese cansancio que aparece cuando te detienes, porque antes no es percibido, no cuando has pasado las horas disfrutando de cada momento, olvidando el reloj. Solo puedo añadir: gracias a todos.