Un Cuento de Hadas… en el Mar

Hoy quiero contaros un cuento. El permiso de los protagonistas de la historia ya lo tengo, así que solo necesito un poco de vuestra atención. Os prometo que merecerá la pena, no es una historia cualquiera… es una historia de amor.

Todo comenzó una mañana clara de verano. Mi maleta, cargada de mejunjes y ungüentos, me acompañaba silenciosa; teníamos un precioso cometido, cuatro hermosas mujeres nos esperaban para ser maquilladas, una de ellas, se casaba. La ceremonia se celebraría en pleno día, sobre las tranquilas y azules aguas de Beluso (Pontevedra). Así pues, el maquillaje tenía que ir en armonía con semejante escenario, tenía que ser sencillo, natural, luminoso, como el sol que se dio por invitado, pues no desaparecería hasta bien entrada la noche.

De entre las cuatro mujeres resultaba sencillo reconocer a la novia, Paula, pues podían verse revolotear inquietas mariposas alrededor de sus ojos, jugueteando con los destellos que su mirada y su sonrisa regalaban al aire, cálido y templado. La belleza serena de Sonsoles, su madre, vigilaba sigilosamente la escena, incluso cuando mi pincel la impedía mirar, descubría un tercer ojo con el que poder seguir supervisando.

Los nervios crecían, me lo decían los párpados de Elvira y María, sabedores  de que la hora se acercaba, y parecían faltar tantos detalles. Y la casa semejaba estar encantada, pues de cada esquina aparecían, como por arte de magia, duendes trabajadores, artesanos, hábiles, afanados en colocar cada cosa en su lugar. Todo tenía que salir perfecto.

Por fin, Paula en mis manos. No quería disfrazarla, no quería borrar sus preciosas pecas, no quería esconder la luz de sus ojos, no quería que dejase de ser ella, en ningún momento.

El novio tenía que reconocer al instante la natural belleza que lo había turbado. Podía imaginármelo, podía imaginar a Mateo, esperando en el barco, nervioso, ansioso, impaciente. Y yo quería que sintiera un golpe en el estómago al verla llegar, uno de esos golpes que no duelen, pero que nunca curan, que cicatrizan convirtiéndose en un dulce recuerdo imborrable, imperecedero. Y, mientras repaso estas imágenes y otras muchas, creo que sucedió así, y cuánto me alegro.

 

Que precioso vestido. Qué precioso ramo, unas hortensias cortadas por ella misma del jardín. El jardín de su casa, que aguardaba ya engalanado la llegada de los invitados, y el comienzo de la fiesta. Fiesta que se prolongó hasta la madrugada. Fiesta que, según cuentan los que fueron, los que la vieron, sería para siempre recordada. Porque eso es lo que fue, una fiesta. Y es que, si algo flotaba en el ambiente, desde las tempranas horas de mi llegada, era alegría. En cada rostro, en cada gesto, en cada palabra, la alegría se desbordaba generosa y juguetona. Y cuán afortunada me sentí por poder presenciar tanta belleza.


Y es que a veces se me olvida lo que es una boda en realidad. Y si este enlace tuvo algo de particular, algo que lo hizo destacar de entre todos los demás, al menos para mí, fue que consiguió hacerme recordar que una boda es una ceremonia creada, por encima de todas las cosas, para celebrar el amor. Por encima de artificios, de supuestas obligaciones, por encima de las convenciones. Si, es celebrar, lo que es casi imposible, que dos personas se quieran tanto que no puedan separarse más, que no quieran ver la vida a solas, que el antes no es el ahora, y que es el futuro juntos lo que de verdad importa.

Y él y ella se besaron, y con su beso sellaron para siempre un juramento: Te amaré tanto como me lo permita el tiempo… 

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Eva Villamar

10 comentarios en “Un Cuento de Hadas… en el Mar”

  1. Ya pasó un año casi y de nuevo en el mismo lugar, el mar, la casa….
    Cuantos buenos recuerdos de ese magnífico día, vuelvo a leer tu relato y me vuelvo a emocionar.
    Un beso muy fuerte Eva!
    Hasta pronto

    1. La emocionada soy yo, qué alegría encontrarme con tu comentario, qué alegría encontrarme contigo!
      Pues si, fue un día magnífico, inolvidable y, sin lugar a dudas, cargado de emociones.
      Gracias! y recibe (recibid todos) un abrazo inmenso!

  2. gracias por contarlo tan bien! ni yo misma sabía cómo decirlo…jejejeje
    precioso como siempre! y no sabes lo orgullosa que estoy de ti, hiciste un trabajo espectacular! y con tanto cariño!!!!
    Yo te aconsejo a todo el mundo!
    Un beso enorme

    1. Gracias Paula, y haz extensible mi agradecimiento a toda tu familia. Sabes, porque te lo he dicho, que fue un placer inmenso maquillarte, maquillaros y poder estar ahí.
      Un beso enorme!

  3. Que bonito! Todo! El maquillaje superfemenino, la novia muy personal y elegante, la madre guapisima. Las fotos, tu texto, todo! Me han entrado ganas de casarme 🙂 superchulo

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