Intento recordar un instante en el que esta mujer hermosa no estuviera riendo, y no puedo encontrarlo. Porque cuando no era su boca la que reía, lo hacían sus ojos. Su mirada es inquieta, curiosa, siempre atenta a mil estímulos al mismo tiempo, siempre risueña. Así es ella, en realidad. Lucía es, sencillamente, una mujer mágica.

Y así de mágico fue su vestido de Novia. Un diseño maravilloso obra de la igualmente maravillosa Sara Lage, capaz de atrapar la personalidad de una Novia y convertirla en patrones y movimiento. En realidad, Lucía hace lo mismo en su trabajo, hace puzles, para devolver el movimiento al cuerpo, para recuperar la alegría y las ganas. Ambas son artistas y yo las admiro por eso.

“Quiero una coleta con algo”, entendí que Lucía buscaba un detalle que diferenciara su peinado de tantos otros. Cuando el cabello es oscuro es más difícil distinguir texturas y formas. El pelo de Lucía es denso, fuerte, y si, es oscuro, tal vez tengamos que fijarnos un poco más para ver ese “algo”, una trenza de raíz de la que nacería su coleta con ondas al agua, grandes, con mucho movimiento. Crear un peinado rígido para una mujer que no deja de moverse habría sido un gran error.



Siempre que veía a Lucía la veía sin maquillaje. Otro error a evitar, usar pigmentos excesivos en una piel que siempre luce natural. Por eso su maquillaje es tan aireado, transparente, suave. Los tonos escogidos están aliados con su propia colorimetría y un toque más frío para subir el ritmo, de manera sutil. Y mucha luz, como ella.



Pero lo más bonito para mi es ser testigo de tanta felicidad. Apenas terminado mi trabajo entraban por la puerta sus amigas y sus ganas de fiesta, que eran muchas. Entre ellas, Laura, una de mis muy queridas Novias (qué ilusión verte otra vez). Copas, brindis, risas, promesas. Mientras unos padres desplegaban todo el cariño y toda la atención hacia ella. Cuando recibo fotos de mis Novias como estas, me convierto en testigo de lo que pasó después y me encanta ¡Cuanta belleza!





Porque de eso va la vida, de amarse, amarse mucho y amarse bien. Y, por supuesto, de celebrar esa dicha que es el amor. Cualquier forma es buena. Un amigo, una madre, un abuelo, un profesor, la vecina. Tu gran Amor. Porque cuando se ama de verdad las penas escapan, los miedos se diluyen, la alegría inunda el corazón y el alma se limpia de dolores pasados. No queda espacio para más que el agradecimiento y la dicha.


Querida Lucía, os deseo una vida repleta de ese amor que os ha llevado a ese “si quiero”, dos simples palabras que encierran el valor de un compromiso, la firmeza de una decisión, elegir a una persona y luchar por ella, por siempre jamás…
Eva Villamar – maquilladora que escribe
Cuidamos de ella:
- Maquillaje y peinado míos: Eva Villamar
- Fotografía: Bang Bang You
- Video: Cinemapara2
- Vestido: Sara Lage
- Flores: LaBenditaFlor
- Lugar: Santa Cruz de Mondoi
- Deco: Mökki Eventos