Once upon a time… Antia

Me suele suceder siempre. La primera vez que hablo con una Novia ya mi mente la imagina maquillada y peinada, no lo puedo evitar. Y cuando me cuenta su idea y es la misma que mi mente había construido para ella, entonces se que, juntas, lo vamos a conseguir. Yo visualicé a Antia como salida de un cuento, entre recuerdos, sueños, risas, gasas con historia y alegrías por estrenar. Y así fue. Qué día tan maravilloso. Once upon a time…

En un rincón de húmedas tierras del norte, entre piedras antiguas y flores nuevas, Antia y Borja acicalaban sus ansias, por separado. Ella, vestida en blanco camisón, se dejaba querer por pinceles y peines, focos, miradas curiosas, duendes revoloteando por la estancia, y risas, no faltaban las risas.

Todos estaban allí, los más pequeños, los medianos y sus vivencias, que se volvían a despertar al calor de nervios ya vividos; y los más ancianos, en presencia y en recuerdo. Hubo un día en el que una mujer enamorada se casaba con el velo que Antia luciría este día, el velo de su abuela paterna, con ese mismo amor en el corazón. Y en su mano, la presencia de su otra abuela, materna, en forma de anillo. Todo sentimientos, todos y todas con ella.

La hora se acercaba. El vestido esperaba. Un vestido para ella, para vestirse de dulzuras y puntillas, para emerger a un lugar y un tiempo destinados a la dicha más pura. Para surgir entre brumas y luces, deslumbrando por su propia hermosura. Es lo que sucede cuando se hace lo que se quiere. Magia.

Y, por supuesto, la dama de este cuento tuvo su corona, de flores, para adornar su cabello y coronarla reina del cuento. Un cuento con vida propia, la que Antia y Borja quieran darle, cada día, cada instante, ahora y siempre.

• Maquillaje y peluquería: Eva Villamar makeup hair beauty
• Fotografía: Gimena Berenguer Wedding Photography
• Vestido: Otaduy
• Corona Antia: Rita Von
• Florista y coronas niños: Marga (Madreselvaflores)
• Lugar: La Rectoral de Cines