Hay Bodas que tienen la capacidad de trasladarte en el tiempo y, ya de paso, en el espacio. No se trata de volver atrás, se trata de continuar. Hablamos de una forma de vida amable y tranquila en la que la familia es el eje central en torno al que gira cada día. Y cada día es bueno y es hermoso.
Una casa en Lugo, Lenda do Quercus (Finca Val dos Soños), con más de 500 años de historia, de historias vividas en sus pasillos de suelos de maderas nobles, entre sus muros de piedra gallega, un lugar único que se mostraba natural entre corbatas y vestidos de fiesta por estrenar. El suyo, el vestido de Alicia, de Jorge Acuña, aguardaba silencioso su momento, sabedor de que suyo sería el protagonismo.
A su lado dormitaban joyas de familia, pendientes increíbles, una pulsera maravillosa, más historias encerradas, más recuerdos compartidos. Todas esas historias tenían algo en común, la ilusión. Cuándo entré por la puerta, es lo que pude ver dibujado en el rostro de esta Novia magnífica, alejada de los nervios, su mirada me transportó, por un instante, a esas mañanas de Reyes en las que madrugas porque quieres, porque las ganas superan a los miedos.
Si, es magia. Casarse por amor es un acto de magia, enamorarse lo es, pero comprometerse es además una muestra de valor. Confiar es cosa de valientes o, tal vez, de hogares en los que esa confianza ha permanecido inalterada, sentando unas sólidas bases que alejan cualquier nube del horizonte.
Esa calma flotaba en el aire, mezclada con perfumes de mujeres bellas, porque todas las mujeres que yo vi eran bellas. Aroma de café recién hecho, pinceles y cepillos, entre vaporosas batas y coquetos encajes. Así transcurría la mañana. Alicia, continuaba tranquila. Ella es una mujer poseedora de una serena hermosura, que nace de una perfecta comunión entre sus rasgos y sus gestos. Es delicada, elegante, sencillamente, cuando entra en una habitación, ella llega, su presencia se nota, aunque no quiera.
Maquillarla fue descubrir toda esa belleza de la manera más natural posible, así quería sentirse el día de su Boda, ella misma. Mientras su melena era ondulada discretamente, el momento de soltarla y alborotarla vendría después.
Todo a su alrededor eran sonrisas, atenciones y algún que otro nervio de última hora, llegaba el momento esperado. Él esperaba. Alicia estaba radiante, lucía el sol y nada podía salir mal. La Catedral de Lugo sería el lugar de la Ceremonia, el lugar perfecto para sellar su promesa.
Si, sin duda alguna, se sabe y se siente, cuando una Boda, nada más comenzar, ya se ha convertido en parte de la tradición de una familia. Es un continuo, es una forma de sellar alianzas y seguir creyendo que la vida es buena, porque lo es, cuando se construye cada día con cariño y cuidado, y por supuesto, muchas ganas de felicidad.
… Mi querida Alicia, solo puedo darte las gracias, por todo, esa forma de mirar y esa manera de reír, tu no sonríes, tú iluminas. Ser tu maquilladora, peinar tu cabello, coser tu broche, gracias. Te deseo todo lo mejor, en realidad, os lo deseo a los dos.
Eva Villamar – maquilladora que escribe
Cuidamos de ella:
- Maquillaje, peinado y fotos retrato míos: Eva Villamar
- Fotografía y Vídeo: La Escena Iluminada
- Vestido: Jorge Acuña
- Decoración: Guirnalda Eventos
- Zapatos: Ceibo Concept
- Música: Javi Morata DJ