Rebeca, el amor en cada detalle

Ella es Rebeca. Y, vestida de Novia, siguió siendo Rebeca.

Ya nos conocíamos, la había maquillado hacía años. Recibir la noticia de su compromiso y su determinación de que fuera yo quien me ocupase de su maquillaje y de peinar su rizado pelo, me llenó de emoción, mucha.

Porque ella es una mujer que se viste por los pies, rebosa personalidad, es sensible, es tenaz y es buena. Ella será mi último post del año 2022, un año increíble en todos los sentidos. Y, como ya es habitual para acompañar las imágenes de mis Novias, unas cuantas palabras de amor, porque lo más importante de todo esto es, sin lugar a dudas, esa escurridiza maravilla llamada Amor.

Ellas, lo han encontrado …

“Qué fácil es quererte. Qué sencillo es dejar que me quieras.

Soy. Eres. Y ahora. Somos.

¿Recuerdas aquellos zapatos que tanto me molestaban y terminé tirando? Me costó conseguirlos, puse todo mi empeño, pero los tiré, porque me dolía llevarlos. Tú no me dueles, nunca. He recordado esos zapatos (hoy llevaré otros), pero junto con esa metáfora insignificante, acuden a mi mente situaciones, personas, experiencias, pasado, incluso futuro. Temores, fracasos, tropiezos, lágrimas, soledades, dolor. Y después, después estás tú.

Tú. Para ser justo lo contrario. Para estar a mi lado, para prestarme tu sonrisa, para cubrirme de pequeñas glorias cotidianas y descubrirme milagros, de vez en cuando. Como ese que tanto me gusta, en el que me enseñas que me conoces de verdad. Me maravillo pensando en que, aún conociendo mis peculiares manías, mi extraña humanidad, mi pasado y mi presente, te quieras quedar.

Y acaricias mi pelo, cada vez como la primera vez, como si estuvieras descubriendo su tacto, mejor dicho, soy yo la que lo descubre entre tus dedos. Me descubro en tu mirada, y la imagen que se refleja me gusta. Entiendo que ser fuerte y sentir son una misma cosa, que amar y ser amada también. Y entiendo, sobre todas las cosas, que yo sin ti ya no soy, y que tú sin mí, tampoco.

Somos una suma simple, en realidad, lo que fuimos antes y lo que ahora queremos ser. No he pensado ni por un segundo en lo pueda pasar mañana, prefiero estar aquí, arrimarme a tu pecho y sentir la vida corriendo por nuestras venas, mientras nuestras ilusiones más privadas se van haciendo realidad. Mientras cada promesa se transforma en nuestra vida y lo soñado se tiñe de verdades, entre rincones estrenados y olor a café.

Y aquí estamos, en este punto de la vida en el que me vestiré de blanco y llevaré flores en la mano, tratando de seguir siendo yo misma, para que me reconozcas al mirarme, para que yo reconozca tu mirada, para que sepamos que es nuestra fiesta, que este es nuestro día. Un día, unas horas en realidad, en eso consiste una celebración.

En realidad, toda la vida transcurre de la misma manera, es una sucesión de pequeños instantes, y la suma de la belleza de cada uno de ellos construirá la belleza final. Por eso, cada instante es importante, cada detalle importa. Volvemos a las sumas. ¿Lo ves? Somos una suma.

Este día es el punto cero, el punto de partida, a partir de aquí empezamos a contar, y si algo resta, lo repetimos hasta que deje de salir mal. Yo te cuidaré mientras tú cuidas de mí. Yo te amaré mientras tú me amas a mí. Es imposible que la vida no vaya naciendo bella si lo hacemos así.

Seamos amigos, amantes, compañeros, entre mil palabras y mil silencios, confidencias a deshoras, susurros sobre la piel, seamos refugio al que siempre volver, seamos nosotros, la suma de dos seres que han venido a este mundo para abandonarse a lo más bello, para dejarse querer.”

Eva Villamar – Maquilladora que escribe

Mi bella Rebeca, estar a tu lado me dio alegrías, muchas, por eso y por mucho más, me siento agradecida. Soy muy afortunada. Tu compañía es maravillosa. Te toca ser muy feliz y lo serás. Estoy totalmente segura de que os esperan incontables alegrías y una vida plena, juntos. Gracias, por siempre.

Y mientras yo retocaba los labios de Rebeca y atusaba sus rizos, el señor Otto atrapó estas imágenes por las que estoy agradecida, porque son un fiel reflejo de la alegría que siento trabajando. Y supongo que resumen la razón por la que cada una de estas mujeres es tan importante para mí. Adoro cuando siguen en mi vida pasada la Boda, como ella, la hermosa Rebeca, como tantas… De verdad, ¡GRACIAS!

Cuidamos de ella:

Eva Villamar

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