Belén, una Novia inolvidable

«… Quiero pasar el resto de mi vida contigo. Si, lo sé, es tan típico. No, en realidad, es arriesgado. Compartir cada instante a tu lado significa asumir el riesgo más grande posible, asumir que me conocerás, por completo. Cada poro de mi piel, cada cicatriz de mi alma, cada piedra de mi camino.

Mis manías, mis histerias, mis alegrías y mis lágrimas. Instantes de soledad en los que podré llegar a odiarte porque puedo llegar a odiarme a mi misma. Momentos de un gozo tan inmenso que no sabré como contártelo para que lo puedas comprender, para que te puedas emocionar conmigo. Noches de insomnio y mañanas en las que la cama se vuelve refugio.

Un barco a la deriva, un puerto seguro. Un huracán desbocado, la calma. Me conocerás, transparente y clara, compleja y sencilla. Me conocerás, tal vez más que yo a mi misma.

Es curioso como para formalizar cada acto importante en la vida se solicita la presencia de testigos ¿ves a dónde quiero llegar? Tú, y solo tú, serás mi testigo, convirtiendo cada uno de mis días en realidad. Así que la respuesta es sí, quiero pasar el resto de mi vida contigo. Quiero que esto sea el final de una promesa y el principio de una verdad, la nuestra …»

Eva VillamarMaquilladora que escribe

Y ahora os contaré un poquito más de ese día tan especial. Belén se puso en mis manos desde muy temprano, si algo he aprendido a lo largo de los años es que las prisas solo acarrean nervios. Así que llegamos al Pazo de Vilaboa con tiempo suficiente para disfrutar cada instante, porque los segundos vuelan de la mano de las ilusiones.

Estábamos solas, aunque no por mucho tiempo. Comenzamos por obtener la textura que su cabello necesitaba para crear después ese recogido vaporoso que me había pedido. Después el maquillaje, esos ojos merecían todo el protagonismo posible, respetando la naturalidad que viaja con ella y que a mí tanto me gusta. Labios con color, por supuesto, para dejar marca, para sonreír en alto.

Su estupendo vestido de Rosa Clará esperaba impaciente. Y llegaban las cámaras, siempre llegan las cosquillas a la boca del estómago cuando llega el momento de las fotografías, incluso siendo espontáneas, imponen. En este caso, Marta Fraga y Andrés Docampo, un lujo. El truco consiste en dejarse llevar, así que nosotras seguimos a lo nuestro, ahora con el recogido, ya para darle forma, hasta llegar a culminarlo con su precioso tocado de BdBlanche.

La luz entraba preciosa por las ventanas y se colaba entre las capas de tul y su sonrisa, que había llegado para quedarse. Su gente estaba feliz y ya habían inundado la habitación de más alegrías, ella estaba feliz, al fin y al cabo, había llegado el día de su Boda, un día peleado y defendido a capa y espada.

Ella, Belén, pertenece a ese grupo de Novias valientes que quiso ser feliz por encima de todo y yo, una maquilladora afortunada de poder compartir momentos así de increíbles con personas de esta calidad humana. Porque, a pesar de lo mucho que adoro mi trabajo, os prometo que lo más valioso son estas mujeres que se van cruzando en mi camino para darme mucho más de lo que yo les doy a ellas, con diferencia.

Belén, Bonita, te llevo en mi memoria y en mi corazón. Eres buena, sincera, transparente y generosa. Gracias infinitas por dejarme hacer y estar. Ahora, un último favor, sigue sonriendo así, con el corazón, siempre.

Eva Villamar

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