Catherina y Javier, defender el Amor por encima de todo

El amor en tiempos de… Así tenía pensado comenzar este texto, así tenía pensado titular este post, pero he decidido que no. Es muy sencillo, ellos no se lo merecen. Cuando una pareja lucha por defender sus ilusiones, por darle forma a sus sueños, lucha por no decaer, por seguir adelante contra viento y marea, porque su amor no espera, porque sus ganas de vida son más grandes que sus temores. Cuando una pareja es así de increíble merecen ser ellos los protagonistas, más aún habiéndose casado en 2020, merecen ganar la batalla que han peleado tan limpiamente, tan pacientemente, con tanto cariño. Ellos, son esa clase de pareja que saben “Defender el amor por encima de todo”.

Katherina es vida. La sensación que tienes al estar con ella es que la conoces desde siempre, que es normal su presencia, porque reconforta y acompaña. Lo maravilloso fue comprobar que toda su familia es igual que ella.

Recuerdo el momento de entrar en su casa, el día de la Boda, era muy muy temprano, os lo prometo. No me pidáis que describa la casa porque no la recuerdo, tengo una mente a la que gusta recordar sensaciones, no objetos. Recuerdo la sonrisa de un padre emocionado, la hospitalidad de una madre que derrochaba alegría. Una hermana entregada dispuesta a vigilar cada detalle. Y ella, Catherina, tranquila, sonriente, despierta y dispuesta, sobre todo, a disfrutar de aquel día…

… sabedora de que los buenos momentos salen volando con la ligereza de una pluma, y que hay que acariciarlos al vuelo o se pierden para siempre.

Su melena rubia fue lo primero. Habíamos decidido un recogido que después se pudiera soltar. Porque además del pelo, se soltarían las alegrías en un baile muy especial. Así que la tiara tenía que estar bien sujeta. Manos a la obra.

Primero las ondas, después del maquillaje. Luz, queríamos luz, en la piel, en los ojos. Ahí lo tenía fácil, porque esta Novia hermosa posee su propia luz en la mirada, apagarla sería un crimen. Pómulos bien trabajados y un acabado natural para un maquillaje que buscaba ser segunda piel. Toque de color en los labios y ya estábamos listas para el siguiente paso.

Mientras tanto, damas y caballeros de la casa se engalanaban a sus ritmos, acercándose a vigilar que su Novia estuviera bien. Manías mías, colocar la tiara antes de peinar, sobre todo cuando el pelo va a soltarse después. Una increíble tiara de MARUCCA. Recogido listo. Maquillaje terminado. Era el turno del maravilloso vestido de Silvia Cupeiro que le sentaba como un guante. En nada, entrarían por la puerta un tropel de mujeres maravillosas con ganas de celebrar, de reír, más que nunca. Brindis, alegría flotando en el aire. Qué fortuna ser testigo de momentos así.

Porque de eso va la vida, entiendo yo, de saber construir instantes que te llenen el alma de dicha. Que, al cerrar los ojos por la noche, te hagan sentir plenitud en el corazón, y paz, esa paz que nace de saberse la vida aprovechada.

Así que, una vez cosido su delicado velo a la tiara, ramo en mano y emoción puesta, esa Novia y su cortejo salió por la puerta más que dispuesta a dar el sí más importante de su vida. Es entonces cuando contienes la emoción. Todo lo planeado se materializa en segundos y cobra forma, funciona y es hermoso. Ella es hermosa y está radiante. Todo está saliendo mejor que bien.

Él la espera, vistiendo impecable uniforme y más impecable emoción. Él espera lo que haga falta, porque es ella la que está de camino, ella y ninguna más.

Han decidido seguir luchando unidos, han decidido quererse y ser uno en lugar de dos.

Ella llega y él atrapa el instante en su memoria. Nada importa, tan solo ese breve instante en el que la vida se concentra en un elixir de eterna juventud, una de esas bolas de cristal con un mundo mágico en su interior, que al agitarla tan solo se mueven ilusiones. Uno de esos pocos instantes en la vida en los que todo está en su lugar, todo es, sencillamente, perfecto. Tan solo queda decir: “si, quiero, y que el mundo siga como quiera seguir, mientras estés a mi lado…»

Eva Villamar – Maquilladora que escribe

Catherina, gracias por tu confianza en mi trabajo pero, sobre todo, por abrirme las puertas de tu casa y de esos instantes tan especiales de tu vida. Gracias por llenarlo todo de tanta naturalidad en un año tan «especial», que espero de corazón sea inolvidable para ti, para vosotros, en el mejor de los sentidos. Tenéis la alegría ganada.

Cuidamos de ellos:

  • Maquillaje y peinado Novia míos: Eva Villamar (en compañía de mi querida Las Pinceladas de Sandrine, que cuidó de madre y hermana, a mi lado)
  • Fotografía: Alfonso Novo y Manuel Novo
  • Vestido y Velo: Silvia Cupeiro
  • Tiara: Marucca
  • Ramos y arreglos florares: Mömâ Floristas by Ber
  • Wedding Planner: IDo. Me too
  • Lugar: Pazo Montesclaros

Eva Villamar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *